26-10-2023
La blockchain es como el motor que impulsa el dinero digital. Así como los coches pueden variar desde ser devoradores de gasolina hasta ser ecológicos, la blockchain puede consumir copiosas cantidades de energía o ser verde. En este artículo, exploraremos cómo diferentes tipos de blockchain impactan en nuestro planeta. Únete a nosotros para profundizar en sus efectos y el futuro de las soluciones digitales ecológicas.
¿Alguna vez has usado un libro de contabilidad o diario para llevar un registro de cosas? Imagina una versión digital de eso, a la que muchas personas de todo el mundo pueden acceder y verificar. Eso es esencialmente lo que es blockchain. Es similar a un cuaderno digital que registra transacciones, denominadas 'bloques'. Cada bloque sigue al anterior, formando una cadena, por eso se llama 'blockchain'. En lugar de que solo una persona tenga el control, cualquiera puede acceder y confirmar los datos. Esto lo hace transparente y seguro. Cada vez que se realiza una nueva entrada, otros la verifican antes de agregarla a la cadena. La maravilla de la tecnología blockchain es que, una vez que se agrega algo, es irreversible, lo que genera confianza en el sistema. Es la columna vertebral de monedas digitales como Bitcoin, pero sus aplicaciones van más allá de las transacciones financieras. Piénsalo como un diario digital seguro y transparente en el que todo el mundo puede confiar.
Cuando discutimos el impacto ambiental de la tecnología blockchain, hablamos principalmente del mantenimiento de este 'diario' digital y la energía que consume. Este proceso de mantenimiento, conocido como 'minería', se asemeja a un esfuerzo colectivo donde diferentes individuos (o en este caso, ordenadores) colaboran para determinar la próxima entrada en el diario. Dados los numerosos participantes, ¿cómo se decide quién tiene el derecho de añadir la siguiente transacción a este diario digital? El mundo del blockchain ha ideado métodos distintos, llamados mecanismos de consenso, para tomar esta determinación, y dos de los más prevalentes son 'Prueba de Trabajo' (PoW) y 'Prueba de Participación' (PoS). Dependiendo del mecanismo empleado en el proceso de minería, el consumo de energía varía.
En el sistema PoW, el proceso es similar a organizar una competencia matemática mundial. Ordenadores de todos los rincones del planeta compiten para resolver un rompecabezas matemático complejo. El primer ordenador (o grupo de ordenadores) que descifra el rompecabezas obtiene el derecho de añadir la siguiente 'página' (o bloque) al diario. En reconocimiento a este logro, reciben una recompensa, típicamente en forma de monedas digitales. Este enfoque fue pionero, creado específicamente para respaldar la red de Bitcoin, que sigue siendo su usuario más notable.
Sin embargo, esta competencia interminable, con innumerables ordenadores funcionando a máxima capacidad, exige un consumo eléctrico inmenso. La producción de esta electricidad a menudo causa contaminación, a pesar de que las energías renovables representan aproximadamente la mitad del mix energético que alimenta a estos mineros (es decir, ordenadores). Se dice que una sola transacción de Bitcoin emite aproximadamente 50Kg de CO2e, basado en el método Cleanblocks.
Como resultado, PoW ha recibido escrutinio, impulsando a la comunidad blockchain a innovar y adoptar técnicas más eficientes en energía. El sistema 'Prueba de Participación' (PoS) es un ejemplo principal.
La Prueba de Participación (PoS) introduce un enfoque fundamentalmente diferente para la validación de transacciones en comparación con el método tradicional y energético de la Prueba de Trabajo (PoW). En lugar de desencadenar una carrera competitiva entre ordenadores para resolver un problema matemático complejo, PoS emplea un sistema de validadores. La selección de estos validadores para verificar transacciones no está determinada por su poder computacional, sino por la cantidad de monedas digitales que están dispuestos a 'apostar' o poner como garantía. Imagínalo como una lotería digital: cuantas más monedas te comprometas a apartar temporalmente (o 'apostar'), mayores serán tus probabilidades de ser elegido para validar un grupo de transacciones.
Este enfoque reduce notablemente las demandas de energía por dos razones principales. En primer lugar, la ausencia de una competencia implacable significa que los ordenadores no están constantemente funcionando a máxima capacidad en una carrera contra el tiempo. Solo el validador designado procesa la transacción, que es considerablemente menos complicada que enfrentar los desafíos de PoW. En segundo lugar, dado que el énfasis cambia del poder computacional al volumen de monedas en juego, no hay incentivo para acumular y operar maquinaria potente y voraz en energía. El resultado es un sistema que protege la integridad de la cadena de bloques de una manera más ecológicamente consciente, posicionando a PoS como una opción preferible para aquellos que tienen en cuenta la huella ambiental de las monedas digitales. Algunos estudios muestran que PoS consume un 99% menos de electricidad que PoW.
El impacto de las consideraciones medioambientales ya es evidente en el ecosistema de la cadena de bloques. Ethereum, una de las plataformas de cadena de bloques más prominentes e influyentes, completó su migración de un mecanismo de consenso de Proof of Work (PoW) a un sistema de Proof of Stake (PoS) en septiembre de 2022, en una transición denominada actualización Ethereum 2.0. Aunque varios factores influyeron en este cambio significativo, el principal motivador fue la eficiencia energética. Tras la migración, la huella de carbono anual de Ethereum [ETH] se redujo en más del 99%, según un informe de Ethereum.org, con cada transacción emitiendo ahora solo 70g de CO2e.
A pesar de los claros beneficios medioambientales de los sistemas PoS en comparación con PoW, legislaciones recientes, como la regulación de Mercados de Criptoactivos (MiCA) aprobada por el Parlamento Europeo en abril de 2023, no prohibieron los criptoactivos que emplean el mecanismo de consenso Proof of Work (PoW). Como resultado, criptomonedas como Bitcoin continuarán operando y trabajando constantemente para aumentar su dependencia de las energías renovables.
Sin embargo, en un movimiento hacia la promoción de un ecosistema criptográfico más consciente del medio ambiente, MiCA exige a todos los proveedores de servicios de criptoactivos que revelen información sobre los efectos adversos significativos de los criptoactivos en el clima y el medio ambiente.
Givearn opera exclusivamente en la red Arbitrum, que es un mecanismo construido sobre Ethereum para aumentar su capacidad transaccional. Según datos de Cryptowisser, cada transacción de Arbitrum emite menos de 5g de CO2e, en marcado contraste con los aproximados 50Kg de CO2e emitidos por una transacción de Bitcoin. Al optar por funcionar en esta cadena de bloques, Givearn no solo reduce su huella de carbono sino que también alinea sus operaciones con el movimiento más amplio hacia tecnologías criptográficas sostenibles. Invertir en Givearn, por lo tanto, representa un compromiso tanto con la innovación tecnológica como con la responsabilidad medioambiental.
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